EL FLECHA


Fui a ver El Flecha; varias veces estuve tentado, pero se cruzaba con otros montajes, ensayos, etc. Por fin los Hados libraron mi camino y me permitieron ver este montaje. Lo primero que llamó mi atención fue la alianza con el Café Quijote, disfrutar de una cerveza o una gaseosa al comprar tu entrada, ahí la siempre buena atención de Jorge, o de la bella Angélica; otro atractivo que posee el centro comercial Los Ángeles. Ya en sala llamó mi atención la puesta en escena, sencilla y costeña; una cantina de un pueblo, mi observación es interrumpida y me solicitan ponerme una boina; ahora soy un personaje interlocutor para el actor que sostendrá el monólogo. Alejandro Yabrudy logra algo en escena muy honesto, sin mucho logra mostrarnos el folclor de Lorica Córdoba, de realidades del país que jocosamente sirve en una copa, dándole liviandad; de un humor autóctono de los pobres que, entre un trago y otro, ríen y se burlan de la suerte que les figuró de cuna, dándole a sus tragedias frescura, pero sin negarlas, sin olvidarlas, sin confundirlas.



El Flecha, boxeador único en su género, obtiene su apelativo al retirarse de su profesión. Personaje emblemático de David Sánchez Juliao; Gustavo Díaz Naar (El Flecha) existió, y gracias a Juliao, a quien considero su "Llave Sagrado", se convirtió en un personaje popular de la cultura de Lorica.



EL monólogo danza con mucho humor, y al final nos da la estocada mortal... "Hasta la Literatura en este País, sale de los calzoncillos sucios de los blancos, la madre si no." En esa frase David Sánchez Juliao resume mucho del país; los grandes descubrimientos, creaciones, y logros del país, se han hecho gracias a madres y padres que sacrificaron todo, se humillaron, hasta lavaron ropa de los blancos (término despectivo para referirse a los ricos); y no hay que buscar mucho para ver la humildad de los grandes colombianos, científicos, artistas, o como los deportistas que aun triunfando carecen de una casa propia.



Salgo melancólico de pensar en el país, de pensar en cómo nos acabamos entre pobres, mientras les producimos la riqueza a esos que no hacen más que inventar impuestos, diezmos, o sanciones para perjudicarnos cada vez más.



El Flecha prefiere escapar del combate, el miedo lo invade y huye. Nuevamente Juliao representa al colombiano promedio; lleno de miedo, quizá por falta de memoria o consciencia, evita protestar y agacha la cabeza a sus verdugos, oh Colombia, la única que no despierta a la tiranía de extrema derecha, en otros países el pueblo se manifiesta, tumba gobiernos, tumba decisiones, encarcela a sus corruptos. acá se huye, se agacha la cabeza, y se vive en la burla, en la decadencia.



Agradezco la obra, la recomiendo, seguro reirán y se divertirán montones.



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