LA PREFIERO COMO BRUJA

Mi Bruja no tiene una verruga en la nariz, no;
tampoco las arrugas y jorobas clásicas, no;
no se acostumbró a repartir manzanas, no;
mi Bruja no aprendió a volar en su escoba, no.

Mi bruja es hermosa, inteligente y cordial;

ella ama a los niños y yo soy su preferido;

mi bruja anda muy ocupada y no hace mal;

ella, su elegancia y belleza me han vencido.

Ella, mi Bruja, está hechizada;

y esto quizá, no es asunto de hadas;

lo sé cuándo la veo dormida;

y sus mejillas se tornan rosadas.

Dormida se convierte en princesa;

la princesa de boca de fresa;

yo sueño que me besa;

aunque ahora es princesa.

A mí me encanta como Bruja;

con los pies en la tierra y el corazón en la manos.

A mí me gusta como Bruja;

con respeto por el otro y por su libertad.

Sus manos del color de sus hechizos;

las hallé verdes por vegetales que usó;

seguridad y confianza da en sus guisos;

a niñas y niños de quien dispuso.

Y a mí de roces, besos y cariño;

me colmó mi Bruja;

hechizándome como a un niño;

y por ello la prefiero como Bruja.