FLORECIENDO

Cae el rocío y un layo de luz,
la flor surge del capullo,
abriendo sus alas al universo,
desplegando el tratado de belleza.
Yo, simple mortal, quiero tocarla,
manos toscas corazón palpitante,
pero como enamorar una rosa,
cuando mis besos no son su deseo.
Pasa la brisa y trae su olor,
sueño que su perfume es para mi,
que me acaricia con sus pétalos,
sueño, que ella me sueña.

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