CONSTRUYENDO RESPETO

Él: Te quiero decir algo.
Ella: Muero de ganas por escucharlo.
Él: Quisiera tener la suavidad de una gota, para rozar con mis dedos…
Ella: Detente. Quiero escucharlo más cerca.
Él: Quisiera que mis dedos te acaricien con la suavidad de una lágrima, rozando el borde y cual naufrago perderme en el centro…
Ella: Deja entonces que sea la sirena que murmure canciones y versos que enamoren, que me acerquen a tus oídos y broten sonidos que te lleven a la cúspide…
Él: Yo pasaría mis labios siguiendo el recorrido de mis dedos.
Ella: Tejeré palabras que atraviesen las cremalleras de tu espíritu.
Él: Me detendré con mis labios y sentirás mi respiración, y ella te comunicará cuanto te deseo.
Ella: Entonces sentiré que puedo confiar más en ti.
Él: Entonces sabrás que soy tuyo.
Ella: Cuando tus dedos cual lagrimas rocen la piel de mis labios, y luego tus labios recorran tras ellos el mismo camino y se detengan, para que respirando me digas, que tanto me respetas que solo aspiras un beso y mi compañía.
Él: Cuando tus palabras construyan las bases de nuestro universo, y con frases me apoyes y animes para luchar mil batallas, demostrando que soy el único con quien deseas estar.
Ella: Entonces sabré que no buscas solo mi cuerpo, y que buscas el fondo de mi alma.
Él: Entonces sabré que eres el templo que nunca abandonaré.
Ella: Y si fusionamos nuestros cuerpos, será un manjar secreto para dos.
Él: Y si reservamos el secreto, será para gritar con nuestros cuerpos en la intimidad.
Ella: Porque es tu esencia lo que me interesa.
Él: Porque lo que me haces sentir me basta para sobrevivir.

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