ANTES DE MORIR

ANTES DE MORIR

Aquella tarde de naranja melocotón, de brillo opaco, tomados de las manos, ahí estábamos, en la eterna calle de asfalto interminable, solo los dos como la soledad de un concierto donde somos los artistas alrededor de un mundo de muertos que nos aproximan, como un mundo ignorado donde lo único importante somos los dos, viendo el horizonte, las nubes, las casas, los autos, las personas... Y de repente eso, eso verde como globo con cuatro cabezas, cuatro cabezas verdes y delgadas, su cuello desaparecía con su tronco redondo, más abajo no pude ver más, solo ese ser extraño flotando con sus cabezas rígidas; en un extremo de la calle, y en el otro solo el calor de nuestras manos, ese tibio calor que aportaba fuerza a mi existencia.
El brillo del moribundo sol, dejo mis ojos trastornados, pero aun así viendo aquel ser extraño aproximarse, se trata de extraterrestres, de seres fantasmales o mitológicos, se habla tanto de eso que no puedo dudar, esos comentarios eran ciertos, se trata de un extraterrestre o quizás un monstruo que salió del fondo del agua, no era muy claro para mi su procedencia, no sabia si era el único, por eso me convenía estar atento por si llegan más de cualquier lado, mis ojos perturbados por la luz del sol, aun así mire hacia todos los lados incluso en el cielo, pero nada, mis ojos solo revelan la proximidad de aquel ser que poco a poco nos alcanza con su sombra, el palpitar de mi corazón se acelera, lo observo atentamente con mis ojos que poco a poco recuperan su nitidez, entonces me es claro que cabalga sobre un hombre, que aquella cosa verde se había apropiado de un cuerpo humano, que al parecer había tragado su cabeza, ese ser monstruoso se comía las cabezas para así dominar el cuerpo, nos usan como medio de transporte o de camuflaje, estos seres piensan acabar con la especie humana, o quizás... ¿qué será lo que buscan? ¿Será que una vez que se hallan sobre los cuerpos, devoran todo lo que contienen por dentro? Entonces quizás lo rellenaran con huevos de sus especies para así dominar el mundo, ese es un buen método, lo usan muchos los insectos para multiplicarse, eso lo vi en un especial. ¡Que repugnantes! Tantas cosas pasan por mi mente perturbada, asustado y a tu lado, tú caminas hacia el frente como sin percatar el peligro que nos cobija, pero si es tan claro, esta justo delante de nosotros, ¿qué te ocurre? Será que te ha hipnotizado, claro esa es su estrategia, domina la mente, la hace su esclava, luego al estar a menos de un metro se abalanza sobre la cabeza y lentamente la succiona, así lo debió haber hecho con aquel hombre de enfrente, y ahora viene hacia nosotros, te trae hipnotizada, pero tú no puedes ser la próxima, debo impedirlo como sea, apretó tu mano y te halo para correr y estar a salvo, pero tu mirada me revela una alegría extraña, tu sonrisa me asusta, ¿qué pasa por tu mente en estos momentos de peligro? Yo te grito y tú nada.
Esperaba que con un grito despertaras del trance en que ibas, o que gotas mágicas cayeran de esa pintura activa que tanto nos apasionaba ver, que en ocasiones orinaba sobre nosotros cuando se tornaba gris, pero no, esa pintura solo nos daba ese sol melocotón y una nube grande y oscura en lo más alto.
La nube oscura cubre el tapete azul de los sueños, detonando el final de nuestra existencia, yo no suelto tu mano, solo cierro mis ojos y espero lo peor, recuerdo todos los instantes que pase contigo, que son la mayoría, luego detengo mis pasos y siento al ser de cuatro cabezas verdes, estoy próximo a morir, y antes de ello grito con todas mis fuerzas, quizás alguien me escuche y vengue mi muerte y la tuya; me siento mal por no poder defenderte, nunca estuve preparado para esto.
Los segundos se extienden y siento la eternidad, la eternidad de mi muerte que me acaricia, mientras ese ser monstruoso se prepara para acabar contigo y luego acabar conmigo, y yo sin poder hacer nada, no puedo escapar y dejarte morir, te necesito demasiado para vivir, pero estando aquí solo puedo verte morir y luego esperar mi muerte, soy como un súper héroe sin lograr usar sus poderes, como el ave de la paz que al volar por un lugar este se convierte en placido, y la guerra se borra de la memoria como si nunca hubiera existido, pero el ave esta encerrado y encadenado, estoy perdido y sin soltar tus manos y sin abrir mis ojos y sin parar el lamento de mi grito.
Tu me abrazaste, y así detuve mi grito, mientras al miedo lo ahogaba el tierno calor de tus brazos, me alegre pues habías salido del trance, quizás ahora podremos escapar, informar al mundo lo que ocurría y salvarlo de perecer, solo que tú estabas inocente de lo que acontecía, yo que te vi salir de ese trastorno, tú me abrazabas y buscabas calmarme, pero al ver que ajena estabas del peligro que nos cobijaba no me podía calmar, esa criatura nos miraba y estaba a dos pasos de nosotros, y tú aun no te percatabas del peligro que corríamos, en cualquier momento podría saltar sobre tu cabeza, al verme sin escapatoria decidí explicártelo todo, de la invasión que sufría la tierra, de cómo esos seres se comían la cabeza y se alimentaban del cuerpo, que utilizaban como transporte para llegar a su próxima victima, como te había hipnotizado, que grite al verme sin escapatoria y que ese ser de cuatro cabezas verdes y de tronco redondo, ya se había apoderado de un hombre, ahora viene tras nosotros, nos va ha matar, entonces te lo señalé, estaba junto a nosotros, escuchándonos desde hace un momento y reía al escucharme, era una risa hipócrita para desvirtuar mi versión, o la risa le surgía al sentir descubierto su plan, yo lo señale, pero no me atreví a mirarlo, solo escuchaba su risa diabólica y sentía su olor de bestia.
Tú reíste, ¿pero que te sucede? ¿es acaso el miedo?, estamos cerca al final y tú ríes… luego me explicas que “solo es un señor que carga en su cuello una silla verde, tú imaginación es sorprendente” me dijiste, yo sin embargo estuve pendiente, podría ser un truco, ellos suelen camuflarse, y una silla podría ser precisa para evitar sospechas, observe todo con mucha precaución, bueno y si esa criatura se transformo en silla para despistar, y cuando este lo suficientemente cerca se apodere de mi cabeza, debo estar muy atento, pero como puedo explicar que el señor tenga su cabeza puesta, si es un truco esta muy bien hecho, esto no es fácil de asimilar, pero parece que ella no mentía, aunque me cuesta reconocerlo me sorprendí, así que repase todo lo que había consumido y todo lo que podría haber producido esa confusión en mi cabeza; una vez escuche que un chico se comió un arroz con pollo, y el pollo estaba dañado, entonces el chico tuvo alusiones, fiebre, casi muere, pero lo que bebí, lo que comí, todo al parecer estaba bien, por lo menos al saborearlo, entonces como explicar estos sucesos, como entender que lo que era tan claro, la invasión de los seres redondos de cuatro cabezas delgadas y rígidas, la invasión de los seres verdes que se comían las cabezas, y succionaban el interior de los cuerpos humanos, se convirtiera en un momento, en un simple hombre que cargaba una silla verde, pero ya había escuchado yo del gran poder mental de estos seres extraterrestres, seguro a través de una ilusión nos hizo ver a un hombre con una silla, esto se complica, todo puede ser verdad, tu versión y la mía, ¿pero entonces que hacer? En ese momento tu voz de aliento que siempre tiene razón aclaro mi mente.
“Mi vida”, y entonces me besaste en la frente, tomando mi cabeza con tus manos, me trataste de convencer que todas esas historia de criaturas, monstruo, extraterrestres, etc..., que todo eso era falso, culpaste la película que vimos anoche, la que nos hizo gritar y apretar las cobijas en varias ocasiones, fue el cierre de mi cumpleaños, dormimos abrazados y amanecimos en este confuso día, y el señor con su silla o la criatura con su cuerpo nos miran , tú continuas “no te permitiré ver más películas de terror, te están trastornando, mira lo que sucedió hoy, así que ve pensando en otra actividad diferente a ver una película de terror para celebrar tu tercer cumpleaños”.
Yo decidí olvidar mis hipótesis, solo por dar crédito a lo que tú me decías, así que nos tomamos de la mano, tú dejaste de hablar y continuamos nuestro camino, el cielo opaco por la muerte del sol, nos invadía con la oscuridad de mil góticas que caían al unísono y entonces ese sonido, ese sonido espeluznante que caía sobre el piso, era el cuerpo del hombre, apreté tu mano, y tú solo caminabas, tu mano no me daba el mismo calor sin embargo no quería soltarte, mi corazón palpitaba lento conciente de lo que sucedía, de la proximidad de lo inevitable, tu caminabas solamente, llevándome de tu mano y con una silla verde sobre tu cabeza.

06 Junio 2005 (11-57 AM)
HERNAN YLLANAS GRISALES

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