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MI ETERNO BILLS

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Llegaste para un festejo, y terminaste llenando de colores mi corazón, no sabía que un gesto y un gruñido te hicieran un hechizo de amor tan grande. Consentirte, peinarte, dormir a tu lado, acciones que dolerán por tu ausencia, luché para darte la mejor calidad de vida, espero no haber causado más dolor en mi lucha. desgarra el alma esos aullidos de dolor, despedida, solicitud de dejarte descansar, verte decaer, sin fuerzas, sentir como perdías peso, como la muerte te succionó en menos de 48 horas. Ya descansaste, dejándome cual padre que pierde su primogénito, pero en mi memoria un álbum de recuerdos hermosos, mágicos, tiernos, con toda la elegancia con la que un felino te entrega el corazón mientras roba el tuyo. Fuiste el amo y señor de la casa, yo tu mascota, que te seguía en tu compás de gruñidos para indicarme cada cosa que necesitabas; con esa inteligencia tan tuya, que me hizo amarte cada vez más. Hoy mi Bills despido tu cuerpo y me quedo con lo vivido, con lo aprendido, y ...

EL FLECHA

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Fui a ver El Flecha; varias veces estuve tentado, pero se cruzaba con otros montajes, ensayos, etc. Por fin los Hados libraron mi camino y me permitieron ver este montaje. Lo primero que llamó mi atención fue la alianza con el Café Quijote, disfrutar de una cerveza o una gaseosa al comprar tu entrada, ahí la siempre buena atención de Jorge, o de la bella Angélica; otro atractivo que posee el centro comercial Los Ángeles. Ya en sala llamó mi atención la puesta en escena, sencilla y costeña; una cantina de un pueblo, mi observación es interrumpida y me solicitan ponerme una boina; ahora soy un personaje interlocutor para el actor que sostendrá el monólogo. Alejandro Yabrudy logra algo en escena muy honesto, sin mucho logra mostrarnos el folclor de Lorica Córdoba, de realidades del país que jocosamente sirve en una copa, dándole liviandad; de un humor autóctono de los pobres que, entre un trago y otro, ríen y se burlan de la suerte que les figuró de cuna, dándole a sus tragedias fresc...

GRITAR ES EL SIGNO DE ESTAR VIVOS

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Estuve en EL GRITO, una obra de circo que recomiendo vean; siempre que piensas en circo imaginas magia, números sueltos y gran destreza corporal; son contados los espectáculos de circo que he visto que sean contundentes en la temática o la dramaturgia del espectáculo; esta obra indaga esos momentos donde los gritos son verdaderos signos de estar vivos; el riesgo que vives por la adrenalina, por ir al límite como expone Jean Genet en su Funámbulo, lo indagan en diferentes campos de la vida; saltar, caer, perder el equilibrio, suspenderse en el aire, terminan siendo la preparación para otros limites donde llevas tu cuerpo a explotar en gritos de placer, temor, dolor, o alegría. Como no gritar en una rumba, o al ver cuerpos que parecen ser esculpidos por Benjamín Víctor, o al ver sinfonías de movimiento rítmico en musculaturas que invitan a no parar de bailar, o al bailar como niños bajo la lluvia, como no gritar cuando somos felices, o cuando detonamos de pasión, aun c...

¿Para qué vivir?

Desgarrador violín rompe la historia, transforma la cotidianidad, destruye lo estable; atraviesa el alma, no es un instrumento, quizá una bala, un pito agudo que sordece perturbando la realidad, una pincelada gruesa que embalurda todo el paisaje. Es un acto que nos toma por sorpresa, yo lo equiparo con el instrumento musical, lo intento ver con poesía, una epopeya cruel, pútrida, que se burla de nuestro destino y nos remueve las bases, un terremoto que derrumba nuestros cimientos; no lo esperábamos, pero llegó. ¿Será que el ego, la ambición y el poder; no permitirá vivir con dignidad a los humanos? Vivir para servir, para actuar y aportar a otros, para intentar cambiar. ¿Servirá? No sé, sigo con esperanza en el cambio, consciente de la ruleta del destino, quizá desapareceré, me callarán, seré silenciado; nada cambiará, el mundo continuará como si nada, el olvido se impondrá, como lo ha hecho tantas veces. ¿Para qué vivir? ¿Para qué dejar semilla? Ser la ficha de juego de los que osten...

RAÍCES AGRIAS

La sed de venganza lacera la esperanza, el odio sepulta la visión y el raciocinio; acá la mentira y el engaño triunfan, siembran miedo sobre el porvenir. El perdón es mal visto en esta tierra, se extraña la muerte y las masacres; se prefiere que mueran muchos, para sentirse poderosos e intocables. Un luto me invade, me asfixia, el aire duele, sopla la muerte; la atmósfera es pesada, insoportable, carga niños repitiendo la misma historia. La boca se cubre de tierra húmeda, fosas se abren para nuevos cadáveres, sangre bañará de nuevo nuestros campos, el réquiem es el nuevo himno nacional. Ser colombiano, con estas raíces agrias, es vivir con un dolor eterno e ilógico, sangrar mientras gritamos que somos felices; dueles Colombia, y no dejas de doler.

Pensamientos Septembrinos

Y miro tus ojos, y brilla mi alma; laberinto de ensueño estar en tus brazos, enredarme en tu cuerpo, respirarte, morderte, sentirte dormida reposando en mi pecho; reír, y gozar de tu risa. Es poco el precio y mucha la ganancia, y temo las fallas, el tedio, el adiós. pero te tengo ahora y espero se extienda el momento, un minuto, una vida o una eternidad. 

SINFONÍA DE SENSACIONES

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Tuve una sinfonía de sensaciones al asistir al VI Festival de Monólogos en la García Márquez; mi interés era primordialmente ver la obra "Entradas Agotadas"; un homenaje que José Assad hace a la dramaturga colombiana Luz Amalia Peña Tovar. Pero ocurrieron varias cosas a la vez para este espectador; en primera parte encontrarme con una sala muy transformada, ni sombra de lo que mi recuerdo tiene de la antigua García Márquez, una buena inversión, sumada a la entrega y corazón del grupo comandado por Hugo Afanador, han hecho que la sala vista de gala; y esto es tan agradable a los ojos de quien ama el teatro como yo, tanto que imaginaba poder presentar mi última obra en tan grato espacio. Otra sensación me transportaba al pasado, cuando en el 2006 tome un taller de dramaturgia en el VI Festival de Teatro Alternativo; ahí tuve el privilegio de conocer a Luz Amalia Peña; quien era la docente del taller, yo había tomado talleres de dramaturgia con José Assad, Víctor Viviesca...