Lo miré y un viento helado, vi su mirada seguridad, tejió palabras magia, mi palpito aceleró, dejar de mirarlo no podía, no sé por qué me asusté, sudor apoderándose de mí, mi cuerpo halaba a él, su mano toqué, las dermis desnudas, me sentí suya, me miró y me sentí viva, respondió mis preguntas leyendo mi mente, me extasió con su presencia, al verlo no simpático, me sorprendía lo que me producía, como me acariciaba con sus palabras, como producían orgasmos su sonrisa, como no necesitaba besarlo para sentirme realizada, primera vez que solo la presencia me satisfacía totalmente, que comprendí lo que significa un roce, una caricia, un beso, cuando la forma atrae vacía, y lo diferente cuando el fondo te atraviesa incendiando el alma, enamorando los sentidos, rasguñando las entrañas de placer con una mirada.